miércoles, 14 de diciembre de 2011

(DÍA 13) HALLANDO LA GRACIA DE DIOS.

“Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.”
Lucas 1:30
 

¿Qué es hallar gracia delante de Dios? Para poder responder a esta pregunta primero debemos comprender qué es la gracia. Es una virtud muy propia de Dios y que consiste en dar algo a cambio de nada, es decir gratuitamente. Gracia es gratuidad. Dios tiene esta gran riqueza en Sí mismo, poder dar sin esperar nada de nosotros, ya que Él es amor generoso.

Para poder alcanzar la gracia de Dios, la persona debe ser convencida de que nada puede hacer por sí misma para agradarlo. Los que se saben pecadores y débiles son los que recibirán la abundancia de la gracia Divina.

Hallar la gracia de Dios es la experiencia más hermosa que una persona pueda vivir. La Palabra de Dios aconseja: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).

La única forma que podamos encontrar la gracia de Dios es por medio de la fe. Esta es el don que nos conduce a la gracia. Muchos personajes nombrados en la Biblia buscaron y hallaron la gracia de Dios. Uno de ellos fue Rut, la moabita, quien “dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Vé, hija mía” (Rut 2: 2). La generosidad de Dios se expresó en aquellos que dejaban caer sus espigas, en especial Booz, el patrón y futuro esposo, para que ella y su suegra pudieran alimentarse.

Noé también, dice la Biblia “halló gracia ante los ojos de Jehová” (Génesis 6:8). El patriarca Abraham, padre de la fe, “dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo” (Génesis 18:3). ¡Cuántas mujeres hallaron gracia delante de los ojos de Dios dejando de ser estériles! “Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste” (1 Samuel 1: 18). Otro fue el caudillo Gedeón que halló gracia y se encontró con la victoria sobre sus enemigos: “Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo” (Jueces 6: 17).

Finalmente María, la futura madre de Jesús, primeramente creyó y fue avisada por el ángel: “María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.” Nada podía temer ella de sus enemigos, no debía tener miedo de Herodes ni tampoco de las habladurías del pueblo acerca de su maternidad. Había encontrado Su gracia y Él le honraba con el regalo mayor a una mujer: dar a luz al Hijo de Dios.

¿Ha encontrado usted también la gracia de Dios? No es necesario que haga algo especial para encontrarla. No es preciso que haga grandes sacrificios para experimentar la gratuidad del amor del Señor. No necesita demostrarle a Dios nada, sólo creer en Él, creer que Él le ama a usted y ha enviado a Su Hijo, nacido de mujer, para salvarle a usted. Prepárese a recibirlo en esta Navidad.



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