sábado, 3 de diciembre de 2011

(DÍA 3) LAS GRACIAS DE SU NOMBRE.

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
Isaías 9:6



¡Cuánta alegría hay en una familia cuando llega un nuevo hijo! Aún aquellos que tienen dificultades económicas o los que no lo deseaban, se alegran al ver su rostro y contemplar su fragilidad y pureza. Es que nada hay más hermoso que el misterio de la vida. El nacimiento de un niño es una afirmación de esperanza, es el mensaje de que aún hay posibilidades para el desarrollo del ser humano en esta tierra. Cuanto mayor es la alegría al saber que ese niño es nada menos que el Hijo de Dios.

María y José hubieron de expresar estas palabras: “un niño nos es nacido, hijo nos es dado”. Aquel hijo no fue producto del amor humano entre un hombre y una mujer, sino que fue engendrado por el Espíritu Santo en una mujer santa que se humilló al Señor y aceptó Su voluntad. Ese Hijo de Dios les fue concedido a los esposos como verdadero hijo de ellos. Jesús fue producto del amor de Dios por la Humanidad caída, fue la más grande expresión del amor de Dios por nosotros.

Esta Navidad recibiremos una vez más al Príncipe del Cielo, Jesús, quien vino a vencer en la cruz a Satanás, el príncipe de este mundo. “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro” El Niño Dios es dado a nosotros como medio de perdón y reconciliación, y como gobernante de nuestras vidas. Por eso le llamamos “Señor”.

En este texto el nombre de Jesús tiene un significado quíntuple. En numerología bíblica el cinco es factor de gracia. Él es la mayor gratuidad de Dios para nosotros; se nos ha ofrecido gratuitamente como regalo de Dios para la Humanidad. Cada vez que regalamos un presente a un niño en Navidad, estamos simbolizando el regalo del Padre Dios a cada ser humano. El regalo de Dios para nosotros tiene un nombre: Jesús. Él es para usted: 1) Admirable, 2) Consejero, 3) Dios Fuerte, 4) Padre Eterno, y 5) Príncipe de Paz. Pregúntese este día qué significado tienen para usted esos nombres. Sólo le ocupará unos segundos responderlo, pero le será muy útil a su espíritu:

1) ¿Qué tan Admirable es Jesús para mí?
2) ¿Es Jesús mi Consejero?
3) ¿Acudo siempre a Jesús como mi Dios Fuerte?
4) ¿Es Jesús mi Padre Eterno?
5) ¿Busco la paz y el perdón en Jesús, mi Príncipe de Paz?

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